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Qué decir de la Ansiedad

Que se ha convertido en uno de los padecimientos más fuertes en la cultura occidental, y es la enfermedad que más se relaciona con otras, tanto físicas como mentales. Tanto, que hoy en día es como una especie de estilo cultural de la modernidad.

Que hace más de treinta años la ansiedad no existía como entidad clínica y, a partir de la década de los 80, se incluyó en el manual de clasificación de los trastornos mentales como una categoría amplia, con criterios diferenciales entre sí. Esto es, ansiedad social, ansiedad generalizada, ansiedad por estrés postraumático, fobias, trastorno obsesivo compulsivo, ansiedad por consumo de sustancias, ansiedad por síndrome de abstinencia, ansiedad por medicamentos, entre otras.

Que la investigación científica aporta cada vez más nuevos conocimientos del fenómeno ansioso. No sólo los tipos de tratamientos e intervenciones, sino la relación que existe entre mente y cuerpo, emociones y comportamientos. Por ejemplo, hoy conocemos sobre el secuestro de la amígdala cerebral, un pequeño órgano con forma de almendra que bloquea la razón y no deja pensar. De ahí que se dice que el temor es una debilidad cerebral y, por tanto, no pertenece al uso de la razón.

Que tiene un componente genético fuerte y que algunos neurotransmisores como la serotonina, la dopamina, la norepinefrina y el ácido gamma-aminobutírico juegan un papel muy importante en la reducción y aumento de la ansiedad. Lo que permite también preguntarse si la ansiedad es una predisposición genética o un sentimiento mantenido por el tipo de personalidad.

Que para Hipócrates, la ansiedad era un problema medico-biológico y el tratamiento era equilibrar en cada persona los humores. Para Platón, la psiquis era independiente del cuerpo y por lo tanto, los padecimientos mentales eran autónomos y diferenciados del funcionamiento orgánico. La ansiedad era un problema de armonía del alma y para curarse, debía hacerse un trabajo de autoconocimiento y autocontrol profundo. Freud escribió que la ansiedad se originaba en un conflicto de inhibición sexual y traumas infantiles y, Kierkegaard, que era un problema espiritual. Otros autores como Albert Camus y Erich Fromm la explican como un estado cultural producto de lo que vivimos.

Que en el campo de la psicología existe una disputa amplia sobre las causas y el tratamiento de la ansiedad. Los psiquiatras dicen que los fármacos son el mejor tratamiento y, algunos terapeutas refieren que los medicamentos, en parte, son la causa de la misma. Lo cierto es que algunos psicólogos cognitivo-conductuales, inspirados en el filósofo Spinoza, explican que en la ansiedad se presenta un problema de lógica y un pensamiento defectuoso.

Que un pensamiento que distorsiona la realidad nos hace temer y anticipar lo catastrófico. Spinoza decía “si no podemos controlar algo, no vale la pena temerlo, puesto que el miedo no consigue nada” y, unos miles de años antes, el filósofo Epicteto lo había mencionado “no son las cosas las que perturban a la gente, sino la visión que tienen de ellas“, de lo que se puede interpretar que en la mayoría de los casos, el origen de nuestra ansiedad está en la forma cómo percibimos la realidad y no en la biología de nuestro ser.

Que la ansiedad, con base en lo anterior y basado en el modelo cognitivo-conductual de la psicología, se puede aliviar corrigiendo nuestros pensamientos y estilo de pensar. Asunto que vale la pena tener en cuenta porque no es una idea de ahora, Séneca lo había sugerido ya “son más las cosas que nos alarman que las que suceden en la realidad“. Lo cierto es que, sea cual fuera el origen de esta, la ansiedad tiene un componente mental consistente en un conjunto de creencias, pensamientos e imágenes con contenido de peligro, como enfermarse, volverse loco, morir y/o perder el control. O, en ocasiones, creer que las sensaciones temidas serán terribles e insoportables en caso que sucedieran.

Que los componentes de la ansiedad -mental, fisiológico y comportamental- funcionan al unísono, cada uno influye para que se active el otro. Pero las evidencias muestran que, el componente de más peso es el mental que incluye pensamientos, anticipaciones catastróficas y creencias.

Cuando seas presa de la ansiedad, pregúntate siempre: “¿qué se me acaba de pasar por la mente?” y, quizás en tu respuesta, está la respuesta de tu ansiedad.

3 comentarios en “Qué decir de la Ansiedad”

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